Conclusiones



El Foro Latinoamericano de Economía Circular trajo a la mesa a los cuatro sectores de la sociedad: Gobierno-Empresa-Academia-Sociedad Civil; ello permitió enriquecer el debate; algunas conclusiones que nos parecen importante compartir con Uds. fueron:

- El avance en la degradación del planeta es inminente, y existen nuevos paradigmas que debemos tomar en cuenta en este proceso de cambio de modelo de civilización. Uno de ellos es el paradigma del cuidado y la economía circular. Es decir, el cuidado debería estar al centro de la nueva forma de interactuar como seres humanos. Es un llamado a retomar nuestro sistema de interacción tanto con nosotros mismos, como con los otros y el planeta.

- Existe una conexión directa entre el nuevo paradigma del cuidado y la Economía Circular, porque cuidar significa aprender a producir generando un mínimo de residuos y con el menor daño posible. Es decir, la Economía Circular nos enseña a producir sin poner en riesgo nuestra existencia como humanos frente a la crisis climática. “El cuidado no es una opción: Aprendemos a cuidar o perecemos”

Gestión Integral de Residuos

Se requiere avanzar de manera urgente en la cualificación de los procesos de gestión de residuos en los 339 Municipios de nuestro país. Las cantidades diarias de toneladas generadas, versus el bajo porcentaje de reciclaje, rellenos sanitarios, botaderos controlados, botaderos a cielo abierto.

Desde la mirada de la normativa existente en torno a la economía circular se pudo ver que, en Bolivia, empieza a tener relación la estructura de la política boliviana y la economía circular. Existe una decisión del Gobierno, de reducir las importaciones y enfocarse en la diversificación e industrialización de los recursos naturales para lograr alcanzar la soberanía productiva, como política industrial a nivel nacional. De la misma manera, se busca actualizar el reglamento ambiental industrial que por el momento es antiguo y obsoleto. También se pudo evidenciar que en los cuatro pilares del plan de desarrollo industrial en Bolivia y las acciones determinadas contempladas en el recientemente aprobado Plan de Desarrollo Económico Social, se incluye la propuesta de Economía Circular que el MDPyEP le planteó a la Autoridad Ambiental Competente Nacional

La experiencia de Latitud R, a nivel continental nos hace ver que, el reciclaje como actividad de mercado no es sostenible, la venta del material no cubre los costos de recolección y tratamiento. Como solución se plantea el reciclaje inclusivo, que consiste en trabajar con los recicladores informales. El reciclaje inclusivo es una metodología que busca formalizar y reconocer el trabajo de los recicladores de base, como actores clave en ese proceso, que hoy están ya capturando ese residuo. Plantea la necesidad de contar con esquemas de remuneración que reconozcan este trabajo y que hagan converger recursos del mercado, de productividad, de venta de material con recursos de pago por el servicio, etc. Los recolectores de base hacen más que solamente recoger basura y ese reconocimiento debe estar reflejado en una remuneración por el servicio que prestan, por eso se plantea que esta debería ser la responsabilidad extendida del productor.

Existen instituciones que desde hace años vienen trabajando de cerca con el recolector, cuyos procesos hoy muestran resultados concretos, como el caso de la Fundación AMIGARSE, que generó la APP YO RECICLO BOLIVIA y que hoy permite acercar al generador con el recolector de manera certera. Una Casa del Recolector que además de ser un espacio de capacitación y asesoramiento, se está convirtiendo en un centro de acopio modelo con innovaciones disruptivas en beneficio del recolector. Sin embargo, todavía falta avanzar en escala e impacto.

Gestión Empresarial: Innovaciones Circulares Empresariales

Es evidente que las grandes empresas del sector industrial ya están trabajando en innovaciones circulares, es más, ya se fijaron metas en torno al NET ZERO; en ese camino algunas de ellas están poniendo mucho énfasis en cómo reducir residuos en cada uno de los eslabones de sus procesos productivos, otras en cómo recuperar los residuos generados e insertarlos nuevamente en procesos productivos, también ponen especial interés en la recuperación del agua y para ello generan innovaciones involucrando a las comunidades beneficiarias. Todas entienden la importancia de trabajar en alianza con instituciones que conocen y trabajan en estos temas. Sin embargo, todavía falta una mayor cantidad de empresas que se sumen a este proceso.

Agricultura Regenerativa

A pesar de la potencialidad del agro en América Latina, todavía hace falta reconocer el valor y rol que puede jugar este sector; en el crecimiento y desarrollo de la región, si existieran adecuadas políticas públicas acompañadas de fondos de inversión; se podría utilizar la agricultura como un mecanismo para combatir la pobreza, generar riqueza y empleos, además de ayudar a la reactivación económica post-pandemia de manera sostenible.

Entre los grandes desafíos que tiene el sector agropecuario en los siguientes años, es mejorar la reducción de residuos, desechos y desperdicios en sus procesos, es por eso la importancia de posicionar a la agricultura regenerativa como el modelo a seguir en tiempos tan cambiantes. La agricultura regenerativa busca el equilibrio necesario entre sostenibilidad y productividad. Es por eso que este concepto está vinculado al fomento de la agricultura inteligente, con perspectiva climática, nutricional, de agregación de valor inteligente, responsabilidad social, orientación de mercado, entre otros.

Es necesario poner énfasis en mecanismos de capacitación para jóvenes y mujeres de zonas rurales, promoviendo emprendimientos innovadores que fomenten la industrialización inteligente, la utilización de la biomasa, la biodiversidad, la aplicación de políticas, a través de mecanismos de alianzas público-privadas que impulsen un enfoque de una nueva territorialidad, con ciudades intermedias inteligentes, con la bioeconomía, la digitalización, y el fortalecimiento de las economías locales.

Si bien existen en América Latina empresas que ya utilizan la energía renovable en el agro, incluyen dentro de su narrativa la energía verde y producen de manera circular utilizando todos los residuos de los silos de almacenaje; en algunos casos todavía están en etapa de experimentación en nuevas innovaciones circulares; se requiere todavía que un mayor número de empresas de este sector asuman el desafío.

Otro gran desafío en el agro es el mayor uso de nuevas tecnologías para ayudar a empresas y personas a que tengan una vida más sencilla y sean más eficaces en sus modelos de producción; el uso del dron y sensores, imágenes multiespectrales, su análisis en temas de humedad, plagas, entre otros. Son herramientas que tienen que democratizarse en su uso.

Los mercados de carbono están creciendo y debemos tomarlos en cuenta necesariamente. Por un lado existen las emisiones reducidas certificadas, y por el otro los mercados voluntarios de carbono. Mientras las emisiones reducidas certificadas están más orientadas a las energías renovables, los mercados voluntarios están enfocados en proyectos que no solo demuestran la reducción de carbono, si no también tienen la capacidad de incorporar a otros sectores.

Bolivia tiene 40 millones de hectáreas de bosque, con una capacidad de fijación promedio anual de ocho toneladas de dióxido de carbono por hectárea. Si Bolivia se incorpora a estos mercados podría generar ingresos a mediano y largo plazo estimados en 2.080 millones de dólares anuales, a partir justamente de la valoración económica de los activos ambientales, si tomamos como base el precio actual de 6,5 dólares por tonelada

Visión de la Academia

La pandemia desnudó las carencias en todos los niveles de educación de nuestro país, y el desafío que todavía significa pasar a una modalidad virtual, la importancia de un aprendizaje holístico, interdisciplinario, fortaleciendo habilidades blandas, que permita a los nuevos profesionales observar, investigar y aprender la realidad tal cual se da en la práctica, y de esa manera tener una mirada más humanística.

La academia hoy, interpreta a cabalidad la situación del planeta, la crisis climática, social y económica, sumada a la pandemia del Covid-19, por ello entiende la importancia y la necesidad de incluir el concepto y modelo de economía circular dentro de la currícula. La necesidad de reducir el uso de materia prima, o buscar como sustituirla para seguir respondiendo a la demanda humana. Es ahí donde radica el rol de la academia en promover la economía circular, porque la investigación puede ayudar a descubrir cómo reparar, reutilizar y remanufacturar.

Algunas universidades hoy, ya vienen trabajando en proyectos específicos y/o investigaciones de cómo agregar valor al residuo y/o que nuevos productos pueden ofertar a la sociedad en torno al uso de material reciclado. Pero es urgente que exista una mayor cantidad de centros de estudio que se sumen al proceso.

Finalmente, la academia entiende que en este momento de cambios exponenciales necesariamente se debe aprender a desaprender para aprender a emprender, innovar y servir. Que la educación primaria está cambiando y es ahí donde ya se empieza a programar, a desarrollar aplicaciones o a hablar de inteligencia artificial entre otras, por tanto, la academia debe asumir el desafío, reinventarse y ponerse a la vanguardia de la innovación.

Finanzas sostenibles

Existe una simbiosis natural entre lo que es la economía circular y las finanzas sostenibles. La economía circular, porque básicamente resalta la urgencia de poder lograr un mayor bienestar a través de la circularidad, mientras que las finanzas sostenibles establecen la necesidad de contar con los recursos financieros suficientes para lograr la escala e impacto (social-ambiental-económico) necesarios.

Es importante canalizar los recursos del sistema financiero hacia actividades con mayor impacto en el desarrollo sostenible, donde las instituciones financieras no solo incluyan temas de responsabilidad social empresarial, sino también temas que generen valor para la empresa y para la sociedad, acompañado todo ello con indicadores cuantitativos y cualitativos que fomenten la transparencia.

Existen todavía importantes necesidades insatisfechas en América Latina donde las finanzas sostenibles pueden jugar un rol trascendental, sin embargo, para ello se requiere el cambio de paradigmas, de educación y sensibilización que nos permita definir prioridades e importancia. Que las personas entiendan por ejemplo que es más importante contar con un baño adecuado, acceso al agua y saneamiento; a contar con la TV o celular de última generación. En este cambio de paradigma las finanzas sostenibles pueden jugar un rol importante.